MIEDO AL ODONTÓLOGO
Este tipo de miedo es un
hecho muy común. No son pocas las personas que llevan años sin
pisar el consultorio del odontólogo, pues solo pensarlo les genera ansiedad. Es un
círculo vicioso en el que la elusión del tratamiento dental lleva a un
deterioro de la salud dental, con pérdida de dientes, y éste a un sentimiento
de culpa y más ansiedad que refuerza, muchas veces por vergüenza, la actitud de
evitar ir al dentista.1
Una de cada cuatro personas teme
visitar al dentista, según datos del sistema de salud pública británico. Y no
es sólo cosa de niños.2
"Algunos le tienen tal fobia al dentista que no lo han visitado en
años", dice Karen Coates, asesora dental de la Fundación Británica para la
Salud Dental.2
Ese temor puede responder a varias motivaciones: el miedo a que el
tratamiento duela, el pánico a las agujas o el rechazo a los sonidos y los
olores de la clínica dental, que pueden traer malos recuerdos de la niñez.2
"Las clínicas dentales modernas son ambientes mucho más
amigables", comenta Coates.2
"En general es una experiencia más suave. Por supuesto que todavía
tienes los olores y sonidos de una clínica dental, pero todo es más discreto
que antes, con instrumentos que no están a la vista y música relajante de
fondo. Hasta los tornos hacen menos ruido", dice.2
Por otro lado muchos dentistas ahora entienden mejor los temores de los
pacientes y pueden atenuar su estrés con un trato amable y delicado.
Además, los avances en tecnología han transformado los métodos de la
industria, que ahora puede ofrecer hasta tratamientos sin dolor.2
Antes de
pedir tu primera cita, visita la clínica, conoce al recepcionista y al odontólogo
y mira cómo es el ambiente. También puedes informarles de tu ansiedad o fobia
para que lo tengan en cuenta para tus futuras visitas.2
Fuentes:
1. Sanitas - publicación original
2. BBC Mundo -Publicación original
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